Soñé que tú me llevabas de Antonio Machado

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By Víctor Villoria

Soñé que tú me llevabas de Antonio Machado

Incluido en Campos de Castilla (1907-1917), este breve poema de Antonio Machado pertenece al ciclo más doloroso de su producción lírica, escrito tras la muerte de su esposa Leonor Izquierdo en 1912. Compuesto en romance —forma tradicional española de octosílabos con rima asonante en los versos pares—, el texto combina la evocación de un sueño feliz con una conclusión que oscila entre la esperanza y la desolación.

El tema central es la tensión entre la ilusión del recuerdo y la certeza de la pérdida. El poema comienza con la narración de un sueño donde el poeta camina junto a un «tú» femenino por «una blanca vereda, / en medio del campo verde, / hacia el azul de las sierras». Esta geografía onírica construye un paisaje de esperanza: el blanco del camino sugiere pureza, el verde del campo evoca vitalidad, y el azul de las montañas representa el horizonte de aspiraciones compartidas. La dirección del movimiento —»hacia los montes azules»— indica un futuro luminoso, un destino común que se vislumbra en lontananza.

La presencia de la amada se concreta en dos sentidos físicos: el tacto («tu mano en la mía, / tu mano de compañera») y el oído («tu voz de niña en mi oído»). La mano se define por el compañerismo, sugiriendo igualdad y apoyo mutuo. La voz, comparada con «una campana nueva» y «una campana virgen / de un alba de primavera», transmite frescura y renovación. Las campanas, especialmente las del alba primaveral, anuncian nacimientos, celebraciones, inicios. Esta asociación carga la voz de la amada con connotaciones de esperanza y vida nueva.

El verso «¡Eran tu voz y tu mano, / en sueños, tan verdaderas!…» introduce el quiebro emocional. La exclamación revela la intensidad de la experiencia onírica, pero la expresión «en sueños» subraya dolorosamente su naturaleza ilusoria. Los puntos suspensivos dejan en el aire la contradicción entre la verdad sensorial del sueño y su irrealidad objetiva. Aquí Machado toca uno de sus temas recurrentes: la frontera difusa entre sueño y vigilia, entre memoria y presencia.

El final del poema es deliberadamente ambiguo: «Vive, esperanza, ¡quién sabe / lo que se traga la tierra!». El imperativo «Vive, esperanza» puede leerse como un acto de resistencia frente a la desesperación: el poeta se exhorta a mantener viva la esperanza pese a la pérdida. Pero el verso siguiente introduce una nota sombría: «¡quién sabe / lo que se traga la tierra!» puede interpretarse de dos maneras. Por un lado, sugiere que la muerte (la tierra que traga los cuerpos) es misteriosa y quizá no definitiva, dejando abierta la posibilidad del reencuentro. Por otro, puede leerse como constatación desolada de que la tierra se ha tragado irremediablemente a la amada, junto con todas las esperanzas compartidas. Esta ambigüedad irresuelta es característica de la lírica machadiana, que evita las certezas para habitar el territorio de la duda y la melancolía.

Audio: Víctor Villoria y Pixabay

Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.

¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!…

Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!

Antonio Machado, Campos de Castilla, 1907-17

Autor

  • Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías.

    Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!

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