Francisco Brines. Está en penumbra el cuarto

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By Víctor Villoria

Este poema es considerado uno de los más representativos de la obra temprana de Brines y anticipa muchos de los temas recurrentes en su poesía posterior.

En este poema, Brines presenta a un hombre solitario y contemplativo que rememora su vida pasada desde la penumbra de una habitación. El poema explora temas como el paso del tiempo, la pérdida de la juventud, la soledad y la nostalgia por un pasado idealizado.

Algunos aspectos destacables del poema son:

  1. La atmósfera melancólica creada por la penumbra y las “luces rojas” del atardecer.
  2. La figura del hombre descrito como “un bulto de sombra”, sugiriendo su pérdida de identidad y vitalidad.
  3. El contraste entre el pasado lleno de aventuras y el presente marcado por la inacción y la nostalgia.
  4. La reflexión sobre la memoria y cómo se idealizan los recuerdos.
  5. La anticipación de la muerte, simbolizada por el viaje final en un “extraño buque”.

Este poema es fundamental en la obra de Brines, ya que establece muchos de los temas y el tono elegíaco que caracterizarán su poesía posterior.

Está en penumbra el cuarto, lo ha invadido
la inclinación del sol, las luces rojas
que en el cristal cambian el huerto, y alguien
que es un bulto de sombra está sentado.
Sobre la mesa los cartones muestran
retratos de ciudad, mojados bosques
de helechos, infinitas playas, rotas
columnas: cuántas cosas, como un muelle,
le estremecieron de muchacho. Antes
se tendía en la alfombra largo tiempo,
y conquistaba la aventura. Nada
queda de aquel fervor, y en el presente
no vive la esperanza. Va pasando
con lentitud las hojas. Este rito
de desmontar el tiempo cada día
le da sabia mirada, la costumbre
de señalar personas conocidas
para que le acompañen, y retornan
aquellas viejas vidas, los amigos
más jóvenes y amados, cierta muerta
mujer, y los parientes. No repite
los hechos como fueron, de otro modo
los piensa, más felices, y el paisaje
se puebla de una historia casi nueva
(y es doloroso ver que aún con engaño,
hay un mismo final de desaliento).
Recuerda una ciudad, de altas paredes,
donde millones de hombres viven juntos,
desconocidos, solitarios; sabe
que una mirada allí es como un beso.
Mas él ama una isla, la repasa
cada noche al dormir, y en ella sueña
mucho, sus fatigados miembros ceden
fuerte dolor cuando apaga los ojos.
Un día partirá del viejo pueblo
y en un extraño buque, sin pensar,
navegará. Sin emoción la casa
se abandona, ya los rincones húmedos
con la flor de verdín, mustias las vides,
los libros amarillos. Nunca nadie
sabrá cuándo murió, la cerradura
se irá cubriendo de un lejano polvo.

Autor

  • Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!

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