Este poema cuenta la historia de un burro que, por casualidad, encuentra una flauta en el campo. Al olerla, sopla sin querer y la flauta suena. El burro, al escuchar el sonido, piensa que es un gran músico, aunque en realidad solo fue suerte.
La moraleja del poema es que, a veces, algunas personas logran algo bueno solo por casualidad, sin tener realmente el talento o los conocimientos necesarios. El poema nos enseña a ser humildes y a no creernos expertos solo porque una vez nos salió algo bien de pura suerte.
Iriarte usa un lenguaje sencillo, repite la expresión “por casualidad” y utiliza animales para que el mensaje sea fácil de entender y recordar.
Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
«¡Oh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!».
Sin reglas del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.
Autor del audio: Víctor Villoria
Tomás de Iriarte. El burro flautista
Tomás de Iriarte. La ardilla y el caballo. 2025